¿Planta impresora o 28.000 lectores digitales?

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El 2.6.09 a las 19:22 hs por Gabriel Foglia

Dos grandes medios de comunicación argentinos acaban de invertir 10 millones de dólares para construir una planta impresora que permite producir hasta 75.000 ejemplares (diarios, revistas, folletos, etc.) por hora. Esto ocurre en simultáneo con una fuerte caída en la demanda de los diarios impresos y, por ende, en sus ingresos publicitarios. Es decir, cada vez podemos imprimir más y mejores pedazos de papel que menos gente quiere leer.

El futuro del periodismo, y especialmente de los medios de comunicación, está en una encrucijada y no hay todavía un modelo ganador que pueda aplicarse en las diferentes latitudes y circunstancias.

Todas las dimensiones están siendo revisadas: qué contenidos se ofrecen (aquí el consenso general indica que los medios impresos deberían ofrecer mayor profundidad de análisis y evitar las notas de coyuntura), qué formatos se utilizan y qué recursos las financian. Esto, a su vez, está reconfigurando las estructuras internas de las empresas y, en consecuencia, exige repensar el rol de los periodistas.

En simultáneo, la estrategia comercial de los medios está siendo examinada. Muy pocos actores han podido desarrollar una plataforma online económicamente viable y todavía dependen principalmente de sus ingresos publicitarios y por suscripciones para las ediciones impresas. La aparición de Google (que monetiza los contenidos y comparte con los medios una fracción de sus ingresos sin invertir en estructura periodística) y de empresas de Internet que tomaron por asalto el mundo de los avisos clasificados, grandes generadores de ganancias para los diarios, no hicieron más que acentuar el drenaje de ingresos.

En estos días, y en otro lugar del mundo, se está llevando a cabo una batalla por el mercado de los reproductores digitales de libros y periódicos. Se trata de aparatos de pantallas livianas del tamaño de un libro que permiten almacenar más de 1500 títulos, que tienen conectividad a Internet y que ofrecen una tecnología que permite leer sin cansar la vista, tal como si fuera papel. No son una computadora ni un teléfono ni un reproductor de música, son simplemente herramientas para lectura de contenidos digitales.

Amazon, la mayor librería online del mundo, desarrolló el Kindle, dispositivo que permite almacenar y leer libros, y vendió medio millón de unidades en 2008. El éxito del Kindle ha impulsado a varias compañías a generar productos similares: Sony, Apple, Palm, incluso empresas de medios como News Corp. (dueño entre otros de The Wall Street Journal) y Hearst Corp. han anunciado sus intenciones de crear lectores propios.

Si estas pantallas logran penetrar el mercado y transformarse en un elemento ubicuo, los diarios pueden estar frente a la tabla de salvación. Todavía es un área en desarrollo, pero hay varios medios que se han lanzado a vender suscripciones digitales para estos lectores a un precio menor a la versión impresa (por ejemplo: la suscripción al New York Times para Kindle cuesta 14 dólares mensuales y se obtiene en forma digital la versión impresa actualizada día a día en forma inalámbrica). Muchos también imaginan un futuro en el que todos los estudiantes puedan tener estos dispositivos para acceder a la bibliografía, abandonando el peso del papel y las fotocopias.

La utilidad de tecnología como la del Kindle está atada a los contenidos que se pueden leer (como la utilidad del iPod depende de la música que se puede escuchar y la de los lectores de DVD, de las películas disponibles). Por esto, el acceso a mejores contenidos será una de las claves para el futuro de estos aparatos y de las organizaciones periodísticas que puedan proveerlos. Las ventajas, vistas de la perspectiva de los diarios, son varias: disminución de costos de producción, eliminación de los de distribución, monetización de contenidos vía suscripciones y publicidad, entre otras.

Sin embargo, el desarrollo tecnológico sólo hará más evidente algo que ya conocemos: las organizaciones periodísticas tendrán éxito si los contenidos que producen son de alta calidad y agregan valor a los lectores que ya están bombardeados por diferentes medios las 24 horas.

The New York Times ha anunciado un plan piloto para entregar Kindles en forma gratuita a aquellos lectores que viven lejos de los centros urbanos y cobrar por los contenidos. Tomando un costo promedio de 350 dólares por reproductor digital, los 10 millones de dólares de la inversión en la imprenta de los medios argentinos son equivalentes a 28.000 Kindles. Esta cifra puede ser considerada pequeña comparada con el mercado total, pero sería un buen punto de partida para poner un pie en el futuro y abandonar paulatinamente un modelo que está perdiendo esplendor.

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