Cómo gestionar online un equipo de fútbol: de la inteligencia individual a la colectiva

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El 28.12.09 a las 14:41 hs por Gabriel Foglia

Ebbsfleet United, un club de la cuarta categoría del fútbol inglés con 120 años de existencia y pocos éxitos deportivos, puede dar pistas para enfrentar el evento que marcará el ritmo de 2010: el Mundial de Sudáfrica.

En 2007, el periodista inglés Will Brooks lanzó un proyecto llamado My Football Team con el propósito de buscar fanáticos dispuestos a pagar una cuota anual a cambio de participar en el proceso de toma de decisiones de un club de fútbol (algo similar a los videojuegos pero en la vida real). La iniciativa fue un éxito y en menos de 6 meses consiguió 500.000 libras esterlinas de parte de 12.000 fans. La mayoría de los clubes son deficitarios, por lo que les resultó bastante simple conseguir uno para comprar.

Finalmente, 21.000 miembros provenientes de más de 80 países adquirieron el 75% del Ebbsfleet United por la suma de 600.000 libras esterlinas en febrero de 2008. Estos miembros pagan un abono anual de 50 libras y acceden a ver los partidos vía Internet y a votar en todas las decisiones del club: qué jugadores contratar, qué estrategia utilizar, qué sponsors aceptar (Nike es el proveedor oficial de merchandising), cuál es el precio de las entradas, qué tipo de comida servir en el bar, etc. El sistema es democrático y funciona mediante una plataforma online.

Los resultados iniciales del Ebbsfleet United fueron promisorios: ganó la final del FA Trophy en Wembley y la venta de entradas creció, al igual que la exposición mediática y los fondos provenientes de sponsors. Sin embargo, al día de hoy se encuentra en el puesto 20 de la tabla (a punto de entrar en la zona de descenso) y la cantidad de miembros que activamente participa en la toma de decisiones va en caída. Este es el primer caso de un equipo deportivo profesional totalmente gestionado por una comunidad online. La iniciativa fue copiada en distintos lugares del mundo con diferentes grados de éxito, pero en Argentina el marco legal no permite replicarla.

Este ejemplo muestra la fortaleza de las redes sociales y su poder para cambiar las jerarquías. A medida que más gente se sume a Internet y esté dispuesta a invertir su dinero, se pasará del crowdsourcing (muchas personas diseminadas en el mundo resuelven problemas o crean productos, ej: software de código abierto) al crowdfunding (donde al tiempo y conocimiento agregan dinero).

El crecimiento de este fenómeno afecta a muchas industrias y es cada vez más evidente: shows de TV, películas, canciones y libros producidos por grupos numerosos de internautas, un bar comprado y gestionado online, un sitio que permite a la gente que tiene dinero excedente prestarlo fijando su propia tasa de interés (uk.zopa.com), sitios de intercambio de alojamientos entre extraños, entre otros.

Miles de personas diseminadas en el mundo pueden desarrollar un sistema operativo (Linux), gestionar un equipo de fútbol, crear una enciclopedia (Wikipedia), armar productos para compañías multinacionales o resolver intrincados cálculos econométricos, entre otras actividades. La tecnología potencia las habilidades y permite realizar tareas que de otra forma serían imposibles de hacer (no es necesario ser un jeque árabe para definir la estrategia de un club de fútbol o ser un ingeniero de Microsoft para modificar un navegador de Internet).

Sin embargo, el efecto más poderoso se está produciendo sobre la forma en que la sociedad se comporta y en cómo Internet puede mejorar la calidad de la democracia al igualar las opiniones de los ciudadanos.

p.d. puede sonar disruptivo, pero teniendo en cuenta que cada argentino es un Director Técnico en potencia, Maradona podría generar un sitio para que los hinchas de la selección definan el equipo y su estrategia para el mundial apostando a la inteligencia colectiva.

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